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sábado, 14 de noviembre de 2015

Unir hábitos, comportamientos y conductas, por la seguridad vial, se pone en marcha este martes 17 de noviembre

Rafael Horacio Núñez
Dirección de Tránsito
Alejandro Almeyda
Fenalco
Bucaramanga, 16 de noviembre de 2015.- Un estrategia de unidad se podrá en marcha este martes 17 de noviembre relacionada con la seguridad vial.
La Alcaldía de Bucaramanga, a través de la Dirección de Tránsito, Fenalco seccional Santander y representantes de los concesionarios y asociaciones de motociclistas del Área Metropolitana, dan inicio a la campaña “Por Ti, por mí, Transito con sentido vial”.
La estrategia busca promover hábitos, comportamientos y conductas seguras entre los motociclistas.
Al respecto, el Director Ejecutivo de Fenalco Santander, Alejandro Almeyda,  enfatiza  que este tipo de campañas ayuda a disminuir los accidentes en la ciudad, y sensibilizar no sólo a los motociclistas, sino a toda la comunidad, sobre los márgenes mínimos que deben tener en cuenta a la hora de conducir o actuar como transeúntes en la vía.
“Estamos haciendo un gran esfuerzo junto con los concesionarios de motos, la Dirección de Tránsito de Bucaramanga y la Policía Nacional, porque  la cultura vial es compromiso de todos”, señaló.
A su turno, el Director de Tránsito Municipal, Rafael Horacio Núñez Latorre,  destacó la importancia de capacitar a los motociclistas para una conducción más pausada y segura, “pues se trata de una población altamente vulnerable a la accidentalidad y las acciones de sensibilización y acompañamiento deben ser permanentes”  manifestó el funcionario.
“POR TI, POR MI, TRANSITO CON SENTIDO VIAL”  se extenderá hasta el 12 de diciembre del presente año con la siguiente programación. Fuente: Prensa Fenaalco
“POR TI, POR MI, TRANSITO CON SENTIDO VIAL”
AULAS MÓVILES Y DIAGNÓSTICO PREVENTIVO DE MOTOS
RESPONSABLES
Lugar
Hora
Martes 17  de Noviembre
Dirección de Tránsito de Bmanga
*YAMAHA MOTOS
*SUPERMOTOS DE SANTANDER
Plaza de la Democracia Alcaldía de Bucaramanga
10 a 12:00 am
Miércoles 18 de Noviembre
Dirección de Tránsito de Bmanga
*DISMOTOR
*YAMAHA JOYA PABON
Neomundo / Parque de  las llaves
8 a 12 am
Jueves 19 de Noviembre
Dirección de Tránsito de Bmanga
* SU MOTO DEL MAGDALENA
      MOTORIENTE
      FRIO Y CALOR
Bomberos de la 105 cancha
8 a 12 am
Viernes 20 de Noviembre
Dirección de Tránsito de Girón
*NEOCROSS
*HERO MOTOS
Girón  Avda Los Canelles o en el Poblado
8 a 12 am
Sábado 21 de Noviembre
Dirección de Tránsito de Bmanga
*MUNDO CROSS
*AKT MOTOS
*MOTOCENTRO
Parque Escuela  para Motociclistas
2 a 4 pm
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martes, 28 de octubre de 2014

Mensaje del 8° congreso Inspección vehicular 2014: Seguridad vial

Gonzalo Corredor, Ayda Luzcy Ospina 
y General Carlos Ramiro Mena Bravo.
Ibagué, octubre de 2014. – Con un catálogo positivo de conclusiones,  finalizó en la capital tolimense el 8° Congreso Inspección Vehicular 2014, evento que se desarrolló en el Hotel Estelar Altamira de Ibagué.
El certamen contó con la asistencia de las autoridades nacionales del sector de la Revisión Técnico Mecánica y de Emisiones Contaminantes, más de 140 empresarios de los centros de diagnóstico automotor de todo el país y los proveedores de tecnología, entre otros, la Asociación Nacional de Centros de Diagnóstico Automotor ASO-CDA.
Las deliberaciones se cumplieron los días 23 y 24 de octubre en cumplimiento del 8° Congreso Inspección Vehicular 2014.
Durante el desarrollo del Congreso, se enfatizó en que la Seguridad Vial está tomando un nuevo rumbo en el país, en virtud de las disposiciones de la Ley 1702 de 2013 que ordenó la creación de la Agencia Nacional de Seguridad Vial.
Esta entidad iniciará actividades a partir de enero de 2015, en medio de una gran expectativa por los desafíos que enfrenta Colombia en su intención de contribuir al logro de las metas globales de reducción de la accidentalidad y la pérdida de vidas humanas, a tono con el reto propuesto por las Naciones Unidas en el Decenio de la Seguridad Vial 2011-2020. Este ente inicia labores con un presupuesto de $48 mil millones, producto de los SOAT, y los aportes de todos los organismos de apoyo al tránsito, con el fin de Implementar todas las políticas de seguridad vial.
Otro de los temas que se resaltó, fue la implementación de un sistema de monitoreo en línea en el proceso de inspección vehicular, con motivo de la reciente resolución (13830 de septiembre de 2014) expedida por la Superintendencia de Puertos y Transporte, para la implementación de los sistemas de Control y Vigilancia para los Centros de Diagnóstico Automotor.
De otra parte, la Directora de Transporte y Tránsito del Ministerio de Transporte, Ayda Lucy Ospina, manifestó que en los próximos días dicha cartera espera dar a conocer una resolución que regule por fin la tarifa para la prestación del servicio de la Revisión Técnico Mecánica y de Emisiones Contaminantes.
La expedición de estas dos resoluciones, esperadas por más de dos años, constituye en este momento para el sector una esperanza para enfrentar los diversos problemas que lo aquejan y que han impedido su consolidación como un sector empresarial formal.
Mayor control, es una de las premisas, que debe resolver la Revisión Técnico Mecánica y de Emisiones Contaminantes desarrollada dentro del deber ser que busca contribuir al logro de los propósitos de las políticas públicas de “Prevención y control de la contaminación del aire” adoptadas por el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible en el 2010 y el “Plan Nacional de Seguridad Vial 2011-2016” del Ministerio de Transporte.
El Mayor General Carlos Ramiro Mena Bravo, director de la Policía Nacional de Tránsito y Transporte, destacó en su intervención la importancia del Plan 2011-2020 de las Naciones Unidas, al querer salvar cinco millones de vidas en estos 10 años, por lo cual resaltó cinco aspectos fundamentales para manejar la seguridad vial: 1. Coordinación interinstitucional, 2. Comportamiento humano, 3. Infraestructura vial, 4. Vehículos y equipos acordes a la topografía colombiana y 5. Asistencia a través de un sistema de atención a víctimas con tecnología avanzada.
“Pero lo más importante - aseguró Mena - es la cultura de la seguridad vial que debe tener cada individuo, así como la responsabilidad que los CDA´s tienen ante la revisión técnico mecánica” 
Para finalizar, el presidente de ASO CDA, Gonzalo Corredor Sanabria, manifestó: “Falta una cultura de prevención, de entender que está de por medio la vida de nuestras familias, que son con quienes compartimos la vía”.
Fuente: Marcela Aranguren Riaño
directora de comunicaciones y eventos
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jueves, 28 de junio de 2012

Índices de seguridad han mejorado: Presidente Santos

Al término de un Consejo de Seguridad, el Mandatario explicó que se fortalecerá la presencia policial en Cali y que temporalmente se ampliarán los grupos especializados de la Policía que enfrenten delitos como el microtráfico y la microextorsión.
El presidente Juan M Santos en Cali.
Foto Prensa  Casa de Nariño
Cali, 28 jun (SIG). El Presidente Juan Manuel Santos destacó este jueves la mejoría de la mayoría de los indicadores de seguridad en la ciudad de Cali, al término de un Consejo de Seguridad que encabezó en la capital del Valle del Cauca.
"Los indicadores en Cali afortunadamente han mejorado en forma importante. Pudimos constatar que en materia de homicidios hay 96 homicidios menos, 11 por ciento menos; en hurto a vehículos hay 28 por ciento menos; en lesiones hay 5,3 por ciento menos; en el robo de celulares hay 12 por ciento menos; en el hurto a residencias hay 16,2 por ciento menos", precisó el Mandatario.
Reconoció que a pesar de esa mejoría, hay otras áreas que han registrado un incremento y en las cuales las autoridades refuerzan sus acciones.
"Los indicadores que no han mejorado han sido los de hurto a comercio, donde hay un incremento del 8,1 por ciento y el hurto a personas donde hubo un leve incremento del 1,4 por ciento", afirmó.
Destacó que gracias al esfuerzo conjunto de las autoridades y los diferentes entes de la región, se ha podido capturar a varios sindicados de diversos delitos en contra de la ciudadanía.
La gente está viendo que sí hay un avance en materia de seguridad ciudadana; las Fuerzas todas están coordinadas, la Fiscalía está colaborando con todo lo que tiene a su alcance. Eso se está traduciendo en capturas físicas, los números están ahí. Y ahí vamos a continuar para ir mejorando cada vez más la seguridad de Cali", explicó el Mandatario.
Indicó que será reforzado de manera temporal el número de efectivos policiales para que específicamente se encarguen de delitos como microtráfico y extorsiones.
"La Dijín viene con 20 unidades y la Dipol con 20 unidades; es decir 40 personas más para combatir específicamente el microtráfico, que es una de las fuentes de inseguridad. Se va también a aumentar en 30 el número de investigadores contra la microextorsión, que es otro de los problemas que tiene Cali y que tienen muchas ciudades", dijo.
Anunció que de igual manera que se ha hecho en Bogotá y Medellín, se emplearán diversas herramientas y tecnologías para mejorar la efectividad del accionar de las autoridades, como el uso de cámaras.

También será instalado un escáner para monitorear a los vehículos de carga en los principales ingresos de la ciudad de Cali y adicionalmente se adelantará un plan de seguridad en los parques de la ciudad, que se han visto afectadas por la presencia de delincuentes.
Incremento en el pie de fuerza
El Presidente Santos reportó que gradualmente se elevará el número de policías que tendrán a su cargo la seguridad de los habitantes de la capital del Valle del Cauca.
"El crecimiento del cuatrienio va a ser de cerca del 21 por ciento; o sea, 1.527 policías más entre el 2011 y el 2014. Para finales de este año que es cuando se gradúa la nueva promoción de la Policía, se tiene pensado enviar a Cali, 1.117 policías adicionales", informó.
De acuerdo con el Jefe de Estado, para el próximo año se prevé el ingreso de 205 efectivos e igual número para el 2014, para completar 1.527 nuevos policías para Cali en los próximos años.
En este periodo, 2012 al 2014, serán invertidos sólo en materia de seguridad recursos por cerca de 55 mil millones de pesos.
"Son alrededor de 2 mil 500 (millones de pesos) en movilidad, 33 mil (millones de pesos) en tecnología y 17 mil (millones de pesos) en infraestructura", expuso.


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sábado, 28 de enero de 2012

Política integral de Seguridad y convivencia, recibió el Ministro del Interior

La ceremonia se cumplio en el Club del comercio de Bucaramanga
El gobernador de Santander, Richard Aguilar Villa entregó al ministro del Interior, Germán Vargas Lleras el documento que enmarca la política integral de seguridad y convivencia de Santander, en ceremonia ofrecida en el Club de Comercio.

“Si la gente es solidaria cuando ve un atraco, cuando denuncia la delincuencia vamos a mejorar los índices de seguridad”, dijo el Gobernador, al momento en que recordaba que hoy se le puede decir al país, que Santander es uno de los departamentos más seguros de Colombia (…) “no podemos bajar la guardia, por eso le he enfatizado a los alcaldes la importancia que tiene el tema de la seguridad, reitero sin seguridad no hay paz y sin paz no hay desarrollo”, complementó el Gobernador.

Aguilar Villa también aprovechó su intervención en el acto protocolario de entrega del documento que se hizo en el Club Comercio para solicitarle al ministro del Interior, mayor dotación y un mayor pie de fuerza de la mano con la nueva tecnología para el departamento, “requerimos que esos recursos del Fonsecon (Fondo de Seguridad y Convivencia Ciudadana) se vean en una mayor proporción en Santander”, recalcó el gobernador de Santander.
A su turno, el ministro del Interior Germán Vargas Lleras explicó, que a Santander le seguirán llegando obras. “A parte de las que inauguramos en Bucaramanga, Onzaga, Barichara y Ocamonte esta semana, en mayo vamos a inaugurar obras el municipio de Sucre ($1.300 millones), luego en Simacota ($1.300 millones), y en Barrancabermeja ($2.500 millones).
“Quiero recordarles a los alcaldes de Santander que en este mes de febrero  me tienen que radicar las obras que quieran ejecutar este año, pensamos comprometer los recursos el 1 de marzo y los voy a seguir apoyando con cámaras, alarmas, estaciones de policía, cuarteles, equipos de movilización a la fuerza pública, los financió con el 90% y ustedes tienen que poner el 10% de las obras”, dijo el Ministro. Fuente: Prensa de la gobernación.

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sábado, 23 de enero de 2010

La seguridad democrética en Colombia

Esta es DigiRadiocom de Colombia, desde Bucaramanga para el mundo; editor: Bernardo Socha Acosta
Si bien durante las desastrosas conversaciones de El Caguán, las FARC ganaron terreno militar, su arrogancia las llevó a creer que ya eran un cuasi-ejército y que no necesitaban apoyarse en principios esenciales de la guerra de guerrillas. Por eso, además de golpes menores, con menos significación relativa que los sufridos por la Fuerza Pública, mal dirigida y desgastada por la malaria, la leishmaniasis, las minas antipersona y los francotiradores, las FARC recurrieron a la ‘hibernación', identificada con el calificativo de ‘repliegue estratégico' por los medios. Además, no se preocuparon por cambiar su estrategia de ‘repliegue pasivo', con el fin de recuperar la iniciativa. Por ello, fueron despertadas a la realidad por el cambio estratégico de la Fuerza Pública, sin que se percataran pronto de que seguían siendo una guerrilla.

Su prolongada ventaja de dispersión en frentes en el territorio nacional se trocó en desventaja al ser superados sus sofisticados equipos de comunicación por los de la Fuerza Pública. La interceptación de comunicaciones de la guerrilla fue definitiva para recibir certeros golpes, sin que al mismo ritmo asimilaran su nueva situación. Tan sólo luego de la ‘Operación Jaque' se convencieron de su condición de guerrilla en retirada y de la necesidad de usar su olvidado principio guerrillero de adaptación a las circunstancias.
A partir de allí, las FARC han recibido escasos golpes importantes, como el de la ‘Operación Fuerte', en febrero de 2009, en Sumapaz. No obstante, han sido significativas la reducción de sus efectivos, las deserciones y las filtraciones de información. Éstas han sido alentadas por el énfasis creciente en recompensas y beneficios brindados por el Gobierno a desertores y criminales, ignorando normas vigentes y sin escrúpulos éticos. Este énfasis corresponde al decrecer de rendimientos en las operaciones militares contra las FARC, que han recuperado parte de la iniciativa.

En el plano político, la preocupación principal de la PSD ha sido acabar con el espacio nacional e internacional ganado por las FARC. Pero su mayor logro ha sido interno. La multitudinaria marcha en contra del secuestro, en febrero de 2008, alentada por el odio contra esa guerrilla, es una muestra significativa al respecto. Sin embargo, ese odio, inducido oficialmente con base en los crímenes de la guerrilla, ha sido usado para alimentar la polarización de la opinión pública a favor del Gobierno, al identificar cualquier crítica en su contra con condescendencia o alianza con las FARC y el terrorismo.

La persistencia en el uso de medios militares y la pobreza en el empleo de recursos políticos en la ‘seguridad democrática' han llevado a un estancamiento estratégico en la Fuerza Pública, sin que se vislumbren cambios que incorporen medidas políticas novedosas. Éstas serían necesarias para frenar el aumento desmedido del presupuesto en seguridad y en recursos militares. Sin dejar de crecer el presupuesto, han disminuido las confrontaciones entre militares y guerrilla, al tiempo que han aumentado los golpes de mano de las FARC. En términos de efectivos, según la Fundación Nuevo Arco Iris, a comienzo de 2009, las FARC tenían cerca de 10.800, en 64 frentes, y de acuerdo con la Fundación Seguridad & Democracia, 7.000.
Recuperación y consolidación territorial

En este punto se deben destacar tres estrategias del gobierno Uribe:
- La principal fue la llamada ‘Viva Colombia viaja por ella', para recuperar la movilidad en las carreteras, afectada por el temor de grupos medios y altos ante los secuestros, sobre todo en los ‘falsos retenes' y las llamadas ‘pescas milagrosas' de las guerrillas. Su efecto favorable fue inmediato en la percepción de seguridad frente a estos grupos. Avanzada la ‘hibernación' de las FARC, pero sobre todo la PCSD, la capacidad de secuestro guerrillero mediante esta modalidad desapareció.

- La recuperación de las cabeceras municipales de zonas controladas por las guerrillas fue un proceso difícil, lento e improvisado. Los ‘soldados campesinos', luego llamados ‘soldados de mi pueblo', cumplen funciones de policía que no les corresponde: mantener territorios. Por otra parte, la estigmatización oficial de la población civil de esas zonas se reflejó en los primeros años en la creación de amplias redes de informantes improvisados y en redadas masivas plenas de arbitrariedades, que terminaban con liberaciones de la mayoría, judicializaciones sin mayor fundamento y hasta asesinatos. A diferencia de las ciudades, donde la Fuerza Pública alcanzó niveles de aceptación sin precedentes, en esas zonas aún prima la desconfianza frente al Estado, ya que no han terminado las arbitrariedades.

- Como parte de la PCSD hay una iniciativa, iniciada en 2008, que aprovechó planes de obras públicas y erradicación manual de coca en el área de La Macarena (municipios de Uribe, Mesetas, San Juan de Arama, Vista Hermosa, Puerto Lleras, Puerto Rico y La Macarena), para adelantar el "primer proyecto de consolidación de la PSD". Esta política depende del Ministerio de Defensa y la Vicepresidencia de la República, con apoyo de cooperación internacional, protegido por la Fuerza de Despliegue Rápido, FUDRA, ubicada en el área. Este primer ensayo de "recuperación social del territorio" muestra éxitos dado el vacío de políticas sociales en la PSD. Pero la titulación de tierras, base de estabilización de la población campesina, fue frenada por el Ministro de Agricultura anterior con el argumento de que ésta era auxiliadora de la guerrilla, lo que atenta contra la sostenibilidad del experimento. Según comentarios oficiales, parece que va a ser reproducido en otras áreas críticas de orden público, como son Catatumbo, Bajo Cauca, Tumaco y Montes de María.

Desaciertos en el mando
- Dentro del eje consistente de ejecución de la PSD contra las FARC, se han producido ciertas improvisaciones con graves consecuencias, como haber permitido, hace tres años, el protagonismo del presidente Chávez en la liberación de secuestrados para luego desautorizarlo.

- También ha habido decisiones costosas, como la incursión armada hace cerca de dos años en Ecuador para eliminar al número dos de las FARC, que provocó ruptura de relaciones con Colombia.

- En otro contexto, aunque ha habido correctivos y bajo perfil, continúa la presión jerarquizada que exige resultados, comenzando por la del Presidente. La consecuencia negativa más visible son los numerosos crímenes de lo que se conoce con el eufemismo de ‘falsos positivos', en los que se juntan una larga historia de violación militar a los derechos humanos, la terca presión presidencial por resultados y el rápido crecimiento del pie de fuerza, cuyo problema mayor ha sido la deficiente preparación profesional.

El caso del ELN
El tratamiento dado a esta guerrilla es el que menos inconsistencias ha tenido. El ELN sufrió antes su mayor derrota militar de parte de los paramilitares, que la diezmaron y sacaron de sus dominios exclusivos. A esta debilidad se sumaron enfrentamientos regionales con las FARC y un declive político derivado de su dispersión de objetivos, centrados antes en un nacionalismo. Estas circunstancias sirvieron para que el Gobierno buscara desde un comienzo un acuerdo de negociación, para mostrar que su condescendencia con los paramilitares no era favorable sólo a organizaciones armadas de derecha. Esta búsqueda fue persistente, incluso con la mediación de los gobiernos de Venezuela y Cuba. Pero la miopía política del ELN lo llevó a desaprovechar oportunidades que le eran favorables. Con el cambio del panorama de la seguridad en el país, el Gobierno terminó con esa búsqueda, ya que no le brindaría réditos políticos.

Desmovilización y reinserción de los paramilitares
En relación con los paramilitares, el Gobierno Uribe desde el comienzo abrió espacios para la negociación. Al final de 2002, ésta desembocó en el Acuerdo de Santa Fe de Ralito con las AUC, donde esta organización se comprometió a no atentar contra la población civil. A partir de allí, los altibajos y las improvisaciones fueron la regla: acuerdos, desacuerdos, continuación de crímenes y sobre todo largas discusiones sobre sucesivos proyectos de ley del Gobierno, criticados dentro y fuera del país para evitar la impunidad de los paramilitares. Finalmente, a mediados de 2005, una tibia Ley de Justicia y Paz culminó con este largo episodio. Esta ley fue corregida posteriormente en algunas de sus debilidades mediante fallo de la Corte Constitucional.

Luego de numerosos acuerdos entre Gobierno y paramilitares, a finales de 2004 comenzaron las desmovilizaciones de los diferentes grupos. Estas se prolongaron hasta 2006, por cuotas y bien publicitadas. Ellas fueron un reflejo del afán oficial de mostrar una visión pacificadora. Parte del proceso fue la contabilización de más del doble de "paras" desmovilizados -a partir de los 15.000 inicialmente señalados por el Gobierno.

La base del argumento oficial de su éxito pacificador se apoyó en que, por primera vez, fuerzas irregulares no derrotadas habían sido sometidas. Pero lo que ocurrió fue que el proyecto antisubversivo que alimentó la unificación paramilitar en 1997 perdió su dinámica, a medida que emergió el afán y el logro de un enriquecimiento depredador de los jefes ‘paras', además de su ambición de poder político regional con proyección nacional. Pero más tarde se vería que este último objetivo había sido más por iniciativa de gamonales regionales, como una forma de ejercer su poder económico y político, iniciativa acogida por conveniencia mutua por paramilitares y narcotraficantes. Con el declinar de su proyecto antisubversivo, a los paramilitares les era rentable cederle el costo de sus ejércitos al Estado, que asumió un proceso de incorporación de desmovilizados a la vida civil lleno de improvisaciones y falencias aún sin resolver.

Esa iniciativa política de gamonales, en cabeza de buena parte de los grupos de políticos clientelistas y corruptos que controla amplias regiones del país, llevó a que cuando se destaparon sus vínculos con los crímenes y las masacres de los jefes ‘paras', el Gobierno interviniera de manera arbitraria para evitar judicializaciones y condenas de muchos integrantes de su bancada política en el Congreso. De ahí el incumplimiento de promesas hechas a los jefes ‘paras' durante el proceso de desmovilización, conducta que tuvo su mayor visibilidad con la extradición al unísono, luego de hacerse con cuentagotas, de 14 de los más connotados paramilitares en 2008.

El costo institucional de este proceder oficial de respaldo a políticos corruptos ha sido bien alto, debido a los enfrentamientos entre diversas ramas del poder público, pero sobre todo entre el Ejecutivo y la Corte Suprema de Justicia. Para las víctimas del paramilitarismo, la ausencia de sus verdugos implica dificultades insalvables para conocer la verdad y obtener reparación, además de la falta de voluntad oficial para tal efecto.

La improvisación característica del proceso de reinserción de los desmovilizados paramilitares a la ‘vida civil' ha tenido como resultado que se convierta en factor favorable a la formación de nuevas bandas delincuenciales, aspecto que se añade a otros factores propios de la dinámica de reproducción del complejo conflicto armado colombiano. Según la Corporación Nuevo Arco Iris, a comienzo de 2009, sumados los ‘paras' no desmovilizados, los reinsertados que han vuelto a las armas, las bandas emergentes e incluso antiguos guerrilleros que cambiaron de bando, había 10.200 efectivos, distribuidos en 102 grupos, que se ubicaban en 246 municipios. En ellos hay bandas dedicadas al narcotráfico, grupos que cometen ‘acciones antisubversivas' propias de paramilitares, entronques con ‘parapolíticos' y delincuencia en general.

La batalla de las cifras
En el plano de las estadísticas existe un verdadero galimatías, ya que incluso en agencias del Estado se exhiben datos que varían de manera significativa. Datos generales sobre reducción de actos terroristas, hurtos y secuestros extorsivos, así como mayor presencia policial en centros urbanos menores no tienen mayor discusión.

Pero en los dos últimos años hay serias dudas sobre la disminución de homicidios selectivos, secuestro extorsivo e incluso sabotajes a la infraestructura física. Son frecuentes los cambios de metodologías y estadísticas, y distorsiones porcentuales en documentos oficiales, para evaluar resultados en homicidios, secuestros, actos de terrorismo y otras acciones delictivas. No existe sistematización ni depuración de cifras en las agencias estatales. Casos relativamente recientes son los de las ejecuciones extrajudiciales, la impunidad y el emblemático de los ‘falsos positivos', que han ido desde su negación inicial hasta su reconocimiento por cuotas. Y en el caso de la delincuencia común, en los centros urbanos se percibe su expansión, con potencialidad de que se agrave debido a los efectos de la crisis económica y el desempleo en aumento.

Situación de las victimas
La expresión visible de atención a las víctimas del conflicto es la Ley de Justicia y Paz. Sin embargo, los sucesivos proyectos que desembocaron en ella se preocuparon más por suavizar castigos a los verdugos, que por proteger a las víctimas. Luego de más de cuatro años de expedida la ley, no hay un solo condenado entre los miles de victimarios, aunque ha sido útil para inducir parte de la verdad de las tragedias ocurridas.
Los bienes incautados a paramilitares y narcotraficantes son irrisorios frente a los que acumularon, la mayor parte ‘legalizados' mediante testaferros. Además, son muchas las tierras usurpadas que reposan en manos de conocidos ‘dueños' de dudosa reputación. Mientras tanto, alrededor de cuatro millones de desplazados deambulan en la miseria por pueblos y ciudades, en tanto que quienes se han atrevido a reclamar sus derechos o a volver a terruños asignados por el gobierno han sido diezmados por sicarios.

En relación con las llamadas "bandas emergentes", esta capacidad de reproducción de la delincuencia organizada contrarresta los logros alcanzados previamente en materia de seguridad y agrava la atención a las víctimas, que de por sí han sido tratadas en forma marginal por la PSD. Éstas se cuentan por millones en un amplio abanico de casos, que cubren desplazados, dolientes de cientos de masacres y miles de asesinatos y secuestros.

Por otra parte, en los últimos años, la disminución de la capacidad ofensiva de la guerrilla ha facilitado la presencia estatal armada en pequeños centros urbanos. Sin embargo, tal disminución frente al acoso oficial trae consigo un mayor ‘sembrado' de minas antipersona, mecanismo obligado de cualquier guerrilla para resguardarse. Sus consecuencias son costosas y prolongadas en un conflicto armado como el colombiano, en el que hay un vacío de iniciativas políticas en seguridad, las cuales podrían mermar este grave problema.

Estados Unidos y la droga
Resta mirar otras líneas políticas disgregadas referidas a los objetivos formales de la PSD. La de más entronque internacional es el problema de las drogas, que ha sido un caballito de batalla desde hace tres décadas. En el año 2000 pasó a primer plano, tras la aprobación del Plan Colombia por el Congreso de Estados Unidos. Desde 2001 hasta ahora, Estados Unidos ha gastado más de 5.000 millones de dólares, adicionados a grandes recursos del presupuesto nacional para la erradicación de cultivos ilícitos. Esta política bandera de la PSD, a instancias de Estados Unidos, ha sido su mayor fracaso, además de que ha causado ingentes problemas, como el desplazamiento de población, la depredación de la naturaleza e innumerables crímenes en medio de la terquedad oficial en mantener viva tal política.

Quizás el único subproducto rescatable es la reorganización militar exigida antes por Estados Unidos, cuyo efecto positivo pero retardado por causa de la incapacidad estratégica militar ha sido el significativo decaimiento de las FARC. Sin embargo, en el panorama actual de la seguridad en el país, la capacidad militar está sobredimensionada en presupuesto, tropa y equipo. Este exceso se disimula por razón del tratamiento armado unidimensional al conflicto. Sin duda, una visión política adecuada, que diversificara su tratamiento en varias direcciones, mostraría tal exceso y la insuficiencia de recursos de la Policía Nacional. El lastre de militarización de esta fuerza acentúa más esa sobredimensión y resalta la distorsión e insuficiencia en el manejo policial de atención y protección a la ciudadanía.

Raíces más profundas
La capacidad de reproducción del conflicto es el elemento clave para entender que la vía militar a ultranza -sobre todo en la inacabada arremetida contra las FARC, adicionada al pragmatismo político de la tarea ‘pacificadora' con el paramilitarismo- no es suficiente para lograr una paz sostenible. Si no hay tratamiento político sistemático de los factores que reproducen la recurrente y larga historia de violencia en el país, no es posible pretender que vaya a comenzar un proceso viable hacia un ‘posconflicto'.

La persistente exclusión social, unida al agresivo contraste entre pobreza y miseria frente a la opulencia en las mismas zonas geográficas, son estímulos permanentes a la violencia. El eterno y agravado problema de tierras (concentración, sobre-representación política de terratenientes, imposibilidad de cobro de un impuesto predial rural y municipal equilibrado, despojo, desplazamiento forzado, ausencia de titulación al campesinado, etc.) y la incapacidad del Estado para hacer presencia, incluso armada, en amplias zonas rurales del país, hace que siga siendo esquivo el ideal de Estado moderno de monopolizar el uso de la fuerza como recurso complementario a la esencia estatal de uso de la política. Y si a esto se agrega la recurrencia de las prácticas violentas como mediadoras del ejercicio de la política, se completa un panorama incierto frente a factores estructurales ‘reacios' a que comiencen de manera sostenida aplicaciones de políticas destinadas a darle un vuelco a esta tragedia nacional.

La gran miopía
En conclusión, el resultado positivo más claro de la PSD es que el Estado asumió en forma decidida el problema de la seguridad, que había sido en extremo descuidado por gobiernos anteriores. La responsabilidad de las autoridades civiles en esta materia fue asumida por primera vez en este gobierno de manera sostenida. Pero tal responsabilidad se ha manejado desde la óptica represiva, sobre todo militar. Se ha recurrido a las iniciativas políticas principalmente para buscar dividendos de apoyos en la opinión pública, para defender posturas del Ejecutivo de dudoso contenido ético y para ‘criminalizar' a los críticos del gobierno. No hay claridad alguna en el uso de los esenciales recursos políticos del Estado en materias de seguridad, problema que es función estatal primordial y constitucional en la sociedad. No se observa comprensión oficial de la relación que existe entre la inseguridad y la persistencia de agudos problemas sociales en el país.

¿Qué sigue ahora?
En estas circunstancias, es absurda la pretensión de ‘reelegir' a la PSD dentro de los parámetros en que comenzó, sin evaluación y reestructuración, y sobre todo desconociendo los grandes cambios producidos en su entorno. Pero lo que muestra más el carácter ‘politiquero' de tal pretensión es ignorar la obligación del Estado de garantizar seguridad, que es su función primordial debido a que sin esa condición el resto de beneficios para la población se obstruye.

En esa obligación se incluye su componente de defensa hacia el exterior, que ha sido ignorado como parte del menosprecio por el entorno internacional y el abandono e improvisación oficial en materia de relaciones exteriores. El acuerdo militar entre Estados Unidos y Colombia sobre uso de bases militares y los costos que ha acarreado es ilustrativo. Esta situación se convirtió en un nuevo episodio, agravado, de conflictos con los vecinos, proyectado a nivel regional y continental. Las apresuradas medidas de cambios en defensa siguen la línea de las improvisaciones en seguridad.

El escenario para el futuro de la seguridad en el país depende mucho de la posibilidad de una segunda reelección del presidente Uribe. En caso de que haya reelección, e incluso si llegase a triunfar un candidato alternativo patrocinado por el Presidente, continuarían predominando las medidas de fuerza para supuestamente garantizar seguridad. Solamente el triunfo de un candidato alternativo, con un programa distinto al guerrerista mantenido por el Gobierno, podría orientar al país por caminos en los que el uso legítimo de la fuerza esté acompañado de políticas sociales destinadas a iniciar una solución sostenida de antiguos y graves problemas sociales no resueltos.

Este último escenario es factible. Hay posibilidad de que triunfe en la segunda vuelta un candidato de coalición que se enfrente al patrocinado por el Presidente. En tal caso, podría variar el escenario inicial, en el sentido de contar con más recursos políticos propios del Estado, pero sobre todo de que haya preocupación oficial por iniciar una solución sostenida a los agudos problemas sociales reproductores de la violencia que aquejan al país. Esta vía facilitaría de manera notable la posibilidad de que la implementación de políticas de seguridad se vuelva sostenible, mediante una concepción integral que nunca ha sido aplicada, incluida la participación del conjunto de la sociedad en esta materia.

* Sociólogo, Profesor Honorario de las universidades Nacional de Colombia y de Los Andes, autor de varios libros y numerosos artículos sobre política, militares y conflicto.

** Este artículo es parte revisada del material preparatorio de un seminario sobre seguridad, organizado por Cordaid y Cinep.
Puede volver a Inicio http://www.bersoa.com/
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