Bucaramanga.- Uno de los problemas más difíciles de la vida de todo ser humano es estar en prisión, pero en pocas oportunidades, pensamos o reflexionamos acerca del destino que enfrenta una familia cuando uno de sus integrantes es condenado.
Qué sucede con cada uno de
estos hogares; qué está sucediendo con las familias de más 6.500 mujeres y
hombres que están en las cárceles de Bucaramanga; qué sucede en un hogar ante
la ausencia del padre o la madre que provee.
Lamentablemente la respuesta
es más preocupante de lo que podamos imaginar; paralelo a la condena inicia el
proceso de desintegración de las familias, pues ante la ausencia de uno de los
padres, los demás integrantes enfrentan una ruptura radical de su vida: hijos
que deben abandonar su educación, menores de edad que deben iniciar la búsqueda
de ingresos, padres que deben abandonar su rol para dedicarse a sobrevivir.
Esa dura y cruda realidad fue
la que enfrentó Luz Mireya Sandoval Carrillo, al enterarse que su esposo
acababa de ser detenido por narcotráfico y debería pagar 8 años en prisión en
una ciudad distante al lugar donde residían; en su mente retumbaba la pregunta
qué voy a hacer con mis 3 hijos.
Desde ese instante empezó a “vivir esa condena
que pagan las familias de los condenados a prisión”, ya no podría ser esa mujer
dedicada al hogar y a sus hijos, ahora debía asumir el rol de madre y padre.
Los resultados fueron más duros de lo
esperado: atraso en el arriendo, atraso en los servicios públicos, pérdida y
extinción de la casa, imposibilidad de enviar los niños al colegio, hambre por
falta de ingresos y lo peor de todo, tener que salir a las calles a implorar
por la mal llamada “caridad” humana.
En ese instante Luz Mireya
entendió con total contundencia que estaba completamente sola, sin esposo, sin
familia; un día en las eternas filas para ingresar a la cárcel a visitar a su
esposo se le ocurrió con otras mujeres en la misma condición, la idea de crear
un proyecto que les permitiera mejorar su dura realidad.
Desde ese día tocó todas las
puertas posibles por ayuda, estudió, averiguó, investigó, de esa manera
descubrió la posibilidad de crear un proyecto asociativo, de capacitaciones y
así empezó ese sueño a convertirse en realidad.
Primero fue la creación de FUNDICAP (Fundación para el
Desarrollo Integral de la Comunidad Carcelaria); después de incontables
consultas junto con sus compañeras de fundación tomaron la decisión de
desarrollar un proyecto de dulces artesanales.
Después se enteró de Red Unidos, tocó sus
puertas e inició el contacto para más de 30 familias que enfrentaban un proceso
de vida de características similares y empezó a conocer de todas las
posibilidades que tenía a disposición para su proyecto.
De esta manera se crea
ASOPRODELICIAS, un proyecto concebido para la producción y venta de arequipe,
yogur, cortados y quesos.- En la actualidad a través del acompañamiento y
asesoría de la Red Unidos desde la Gobernación de Santander, este proyecto es
una realidad en Bucaramanga.
30 Familias, algunos con
integrantes en condena, otros, ya en libertad, pero todos “Unidos” en torno a
este sueño hecho realidad: hoy disponen de una planta de producción, de un
equipo de ventas, de un portafolio de servicios y una “nueva” marca: “La Vacana”
que demuestra que “a punta de fe, muchísimo trabajo y disciplina” las ideas se
hacen posible.
Hoy estas 30 familias están
demostrando que sí es posible superar la “pobreza extrema”, que los sueños sí
se pueden realizar y que hoy hacen parte de la “ruta de la prosperidad” de la
Red Unidos. Fuente: RED UNIDOS +
GOBERNACIÓN DE SANTANDER
Comunicaciones + Red Unidos
prensa.redunidos.santander@gmail.com
301 6000 246
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