Con nuevas técnicas agrícolas, los aprendices del
SENA han triplicado la producción de sus cultivos en Puerto Cayumba,
corregimiento de Puerto Wilches, Santander.
Por: Jennyleth Rocio Ramirez Acevedo - Líder De
Comunicaciones
Más de 100 personas se benefician con el programa de la Unidad productiva establecida por aprendices Sena |
Bucaramanga, 13 de julio de 2017 Lejos de los centros de formación, de las ciudades y los municipios, hasta esas zonas rurales de difícil acceso donde viven familias que en su mayoría enfrentan situaciones de pobreza y falta de oportunidades para su desarrollo personal y laboral, llega el SENA para facilitar con formación, empleo y emprendimiento, el bienestar de las comunidades.
Tal es el caso de quienes habitan Puerto Cayumba,
un caserío ribereño ubicado en la cuenca baja del río Sogamoso, en el municipio
de Puerto Wilches, Santander. Allí el
ochenta por ciento de los habitantes sobrevivían de la pesca, actividad
económica que se ha visto perjudicada a
causa de la diminución del caudal del río y la poca producción de peces.
“La pesca
aquí ya no es lucrativa, antes en los días buenos se pescaban casi 200
bocachicos diarios, hoy día apenas si pescamos lo de comer. El río Sogamoso
bajó su caudal y se murieron los peces. Ya no hay pescado como antes”,
manifestó Iván Rincón, habitante de Puerto Cayumba y aprendiz del Técnico en
Cultivos Agrícolas del Centro Industrial y del Desarrollo Tecnológico de
Barrancabermeja.
Depender de la actividad pesquera como una de las
principales fuentes de ingreso, significó para la población de Puerto Cayumba
afianzar su condición de pobreza extrema, aún cuando el DANE el año pasado
reportó que la pobreza en los centros poblados y zonas rurales dispersas en el
país, fue de 38.6 %, representando así una disminución del 1,7 puntos
porcentuales frente al 2015, cuando
alcanzó 40.3 %.
En Puerto Cayumba, a diferencia del promedio
general en Colombia, la pobreza no
disminuyó a pesar de ser un territorio que cuenta con un suelo potencialmente
apto para la producción agrícola. Su población, por tradición ancestral, se ha
dedicado especialmente a la pesca y al cultivo de palma de aceite, olvidando
otros productos que también resultan rentables para la sostenibilidad de la
economía.
Este panorama impulsó al SENA a desplazarse hasta
este alejado, húmedo y caliente corregimiento, donde la temperatura suele
llegar a 45 grados centígrados en el
día, para ofrecer oportunidades de formación y emprendimiento basadas precisamente
en las características biofísicas del territorio.
“Mi familia y yo dependíamos casi que únicamente de
la pesca. Con el SENA hemos identificado nuevas fuentes de ingreso. En este
momento estamos implementando técnicas agrícolas en cultivos de yuca, plátano y
maíz”, aseguró Lizney Vidales Jaimes, una de los 30 aprendices que se forman
como Técnicos en Cultivos Agrícolas en Puerto Cayumba.
Como Lizney e Iván, cerca de 28 aprendices más, que
habitan el poblado ribereño, se
capacitaron para aprender y fortalecer habilidades técnicas en cultivos que
están siendo rentables para ellos, su familia y el desarrollo de la región.
Actualmente conformaron una unidad productiva de
maíz, yuca, plátano y ahuyama en un terreno de casi dos hectáreas, donde
aplican técnicas innovadoras como por ejemplo que en los cultivos de plátano controlan la
sigatoka amarilla, una enfermedad causada por un hongo, mediante la
implementación de drenajes que evacúan la humedad deteniendo la proliferación
del hongo, mientras que en los cultivos de yuca se reemplazó el cultivo
tradicional por técnicas nuevas y mejoradas como la siembra en caballoneo, en montículos y
siembra directa.
Estas son sólo algunas de las técnicas innovadoras
que actualmente aplican los aprendices para proteger sus plantaciones de las
agresiones del cambio climático como las sequías y la proliferación de plagas,
y así generar mayor calidad, sostenibilidad y rentabilidad en sus cultivos.
Con las prácticas artesanales, en los cultivos de
yuca anteriormente obtenían un rendimiento de 15 toneladas por cosecha, ahora
con las técnicas aprendidas en el SENA, están logrando 40 y hasta 50 toneladas
por cosecha.
“En el campo hay grandes recursos que algunas veces
son invisibles para sus pobladores por falta de conocimiento en áreas
pertinentes al sector, por eso el SENA además de traer formación hasta sus
veredas, busca que ellos se apropien de estos conocimientos e identifiquen
ideas de negocio para crear proyectos productivos, que faciliten su bienestar
sin tener que salir a buscar ingresos a la ciudad”, expresó David Hernando
Suárez Gutiérrez, director regional SENA Santander.
Durante 2016 y primer semestre de 2017, el Centro
Industrial y del Desarrollo Tecnológico, CIDT, ubicado en Barrancabermeja para
atender la Provincia de Mares en Santander, ha capacitado a más de 200 personas
que hacen parte de poblaciones rurales y vulnerables.
Estas personas han recibido por parte del CIDT,
formación técnica en manejo ambiental,
producción agropecuaria, cultivos agrícolas, instalaciones eléctricas en baja
tensión, compras y suministros, entre otros. Fuente: Prensa Sena, Regional
Santander. Ajuste de texto y diagramación: Bersoahoy.co
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