Foto: Archivo |
Bucaramanga.- Hubo confusión y temor en el Carrasco. Transcurrían las 10:30 de la mañana, cuando inesperadamente de una de las celdas empezaron a salir, vapores, gases y olores nauseabundos, que de inmediato provocaron malestar entre los operarios que a esa hora, con sus herramientas, expandían los residuos sólidos en el lugar. Incluso se escucharon algunos estallidos de botellas.
Dos operarios tosían, otros
dos vomitaban, e incluso uno de ellos estuvo a punto de desmayarse.
Ante tanta algarabía, al lugar
llegaron dos ingenieros químicos, un ingeniero ambiental y un funcionario del
Grupo Especial Ambiental (GEA), todos adscritos a la CDMB, quienes de inmediato
procedieron a revisar los residuos que acababa de depositar un vehículo
afiliado a la Empresa de Desechos Especiales S.A, Edepsa.
“Al notar los vapores y gases,
y palpar esos olores penetrantes, con una simple mirada notamos que se trataba
de desechos prohibidos. Al efectuar una requisa minuciosa y luego de extraídos
todos, hallamos 1.270 kilos de residuos especiales y peligrosos, entre ellos:
elementos químicos, industriales y biosanitarios”, relató la ingeniera
ambiental Lizeth Niño, adscrita a la Subdirección de Evaluación y Control
Ambiental, quien participó en el operativo.
Entre los desechos hallados
están los siguientes: metanol, carbonato, ácido nítrico, ácido clorhídrico,
fosfato de amonio, ácido sulfúrico, plomo compuesto, amoníaco, ácido acético,
ácido bórico, peróxido de hidrógeno, bolsas de material industrial, filtros
para carros, estopines impregnados con material aceitoso, jeringas, bolsa de
suero, aceites y una garrafa del producto clórox, en cuyo interior habían tubos
de ensayo llenos de sangre humana.
“Esa actitud de la empresa
colocó en situación de vulnerabilidad a los mismos operarios del Carrasco.
Gracias a Dios no ocurrió ninguna tragedia, pero que tal que alguno de los
operarios se hubiera contaminado con la sangre, o se hubiera chuzado con una jeringa,
o inhalara un tóxico. Fue una acción reprochable que no deberá repetirse”,
señaló la funcionaria de la CDMB.
La empresa fue obligada a
recoger el cargamento de elementos prohibidos y en un plazo de tres días deberá
demostrar que ya los depositó en un lugar adecuado, que podría ser en los
departamentos del Atlántico o Cundinamarca.
“Los elementos estaban
camuflados entre aserrín, lo que demuestra que fue una acción premeditada. A
las claras se demuestra que la empresa incumplió con la normatividad ambiental
vigente y por tanto, después de un proceso de tasación se haría acreedora a una
fuerte sanción económica e incluso, podría haber suspensión temporal de la
licencia ambiental que es la que le permite operar, tal y como lo contempla la
Ley 1333 del 2009”, indicó.
La ingeniera Niño recordó que,
esta clase de empresas, tiene una responsabilidad integral, que va desde la
recolección, el transporte, el almacenamiento y la disposición final adecuada
de este tipo de residuos.
“El Artículo 24 del Decreto 4741
de 2005, emanado de la Presidencia de la República, estipula muy claramente que
nosotros tenemos como funciones específicas la evaluación, el control y el
seguimiento ambiental, y eso es precisamente lo que a diario hacemos. En el
Carrasco tenemos funcionarios en tres turnos de ocho horas, como garantes de la
vigilancia y el control de la disposición final de los residuos sólidos”,
finalizó la funcionaria. Fuente: Oficina
de prensa de la Cdmb
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