El presidente Juan Manuel Santos en Cenfer durante la instalación del congreso de Fedepalma que delibera en la capital de Santander. Foto: Casa de Nariño |
El
mandatario se refirió a las perspectivas que tiene el sector agrícola, por
ejemplo con la palma de aeite, con la puesta en marcha del TLC.
El
jefe del estado habló de este y otros temas:
Palabras
del Presidente Juan Manuel Santos en la Asamblea Anual de Fedepalma
Bucaramanga,
30 may (SIG). "Me alegra mucho estar hoy con ustedes en esta Asamblea
porque el sector de la palma de aceite es un modelo de responsabilidad
empresarial para el país.
Éste
no solo es un buen negocio, sino una oportunidad de vida para miles de familias
que basan sus ingresos en esta cadena.
La
palma de aceite se cultiva dentro de la frontera agrícola colombiana –con
adecuado manejo ambiental–, y contribuye así a la conservación de la
biodiversidad.
Por
sus mismas características, requiere de menos extensión de tierra para producir
la misma cantidad de aceite que otras plantas.
Además,
el aceite de palma es materia prima para la producción de biodiesel, lo que significa
menos gases de efecto invernadero.
¡Qué
bueno, además, venir hoy, cuando Fedepalma celebra su primeros 50 años
trabajando por los cultivadores y por el país!
Muchas
felicitaciones en este medio siglo de vida y muchos éxitos hacia el futuro.
Cumplidas
las metas en sector de la palma
No
nos equivocamos en el Gobierno cuando incluimos a la palma de aceite y a sus
productos derivados como uno de los cuatro sectores de la llamada 'Ola Agro',
en el Programa de Transformación Productiva.
Saluda a directivos de la Federación de palmicultores |
Teníamos
previsto llegar, el año pasado, a un área sembrada de 426 mil hectáreas y se
cumplió el objetivo, superando en más de 20 mil nuevas hectáreas el área
cultivada en el 2010.
Se
preveía producir 857 mil toneladas de aceite crudo de palma y llegamos a 941
mil toneladas –la cifra más alta de producción en una década–.
¡Y
qué decir de las exportaciones! Pasamos de vender 83 millones de dólares en
aceite de palma –en 2010– a 191 millones de dólares –en 2011–. Es decir,
aumentaron un 130 por ciento.
Sumando
las exportaciones de todos los productos derivados de la palma, pasamos de
vender 124 millones de dólares –en 2010– a 271 millones –en 2011–, un aumento
del 117 por ciento.
Y
este año las cifras siguen en ascenso: en el primer trimestre las ventas
internas de aceite de palma crecieron 10 por ciento con respecto al mismo
trimestre del año pasado y las exportaciones aumentaron más de 8 por ciento.
En
materia de empleo hemos cumplido con los objetivos propuestos y el año pasado
casi 60 mil personas trabajaron directamente con este sector –además de otros
70 mil empleos indirectos generados–.
Éstas
son más que cifras, porque estamos hablando de miles de colombianos que están
llevando ingresos a sus hogares.
Estamos
hablando de miles de familias con más oportunidades de seguir prosperando.
Ustedes
hacen una contribución social enorme, además, porque 6 mil palmicultores –de un
total de casi 8 mil– son pequeños productores.
A
lo largo del territorio hay más de 100 alianzas en las que participan 6.500
familias.
Y
no solo eso: la palma de aceite se ha convertido en una gran oportunidad de
vida para poblaciones vulnerables.
Están,
por ejemplo, los casos de las alianzas productivas en María La Baja –en
Bolívar–, donde se generan cerca de 6 mil empleos directos e indirectos.
Allá
estuve a principios de este mes, antes de mi viaje al Asia, lo que significó
que acabé volando, prácticamente, de María La Baja hasta Singapur.
Y
lo hice porque estamos muy interesados en replicar esos modelos de desarrollo,
no solo para el cultivo de palma, sino también para otras cadenas productivas.
En
esa zona hacían presencia todos los actores armados y muchos eran escépticos
sobre su futuro, pero hoy –luego de una alianza entre empresarios y campesinos–
es la región palmera más productiva del país y una de las más productivas del
mundo.
A
mí me alegra mucho –y los felicito de corazón– por la comunicación fluida que
tienen los palmicultores y la Policía.
Sé
que están trabajando en la cofinanciación de dos fuertes de carabineros –uno en
Puerto Wilches y otro en Tumaco– por valor de 9 mil millones de pesos.
Perseverar
en seguridad
Eso
es un magnífico ejemplo de cooperación y de compromiso del sector privado con
la seguridad de Colombia.
Ustedes
entienden –como nosotros– que la seguridad es la base de la Prosperidad que ya
ha empezado a germinar en Colombia.
Ese
sigue siendo un asunto prioritario para este gobierno y así lo reiteré ante
nuestra fuerza pública la semana pasada.
La
orden es 'perseverar, mantener el rumbo y no bajar la guardia', combatiendo a
los delincuentes de todas las calañas y a las alianzas criminales de todo tipo,
en cada centímetro del territorio nacional.
En
medio de las naturales dificultades de un conflicto –como el que hemos sufrido
durante casi medio siglo– hemos tenido avances fundamentales, estructurales,
que ustedes mismos han sentido.
Hoy
tenemos el índice más bajo de homicidios en los últimos 27 años y el más bajo
de secuestros en la última década.
Las
neutralizaciones de las FARC, en lo corrido del año, han aumentado como nunca:
39 por ciento las bajas y 72 por ciento las capturas.
Y
miren esto: hay 44 mil presos más en nuestras cárceles. ¡44 mil!
¡Que
nadie dude de la decisión de este gobierno y de la fuerza pública de afianzar
la seguridad, porque los resultados están ahí para demostrar nuestra
determinación y nuestro compromiso!
Justicia
penal militar
Por
lo mismo –porque entendemos y valoramos el heroísmo de nuestros soldados y
policías– estamos liderando una reforma de la mayor importancia para fortalecer
la Justicia Penal Militar.
Y
esa idea NO se nos ocurrió hoy, ni responde a presiones de nadie, sino que es
resultado de una íntima convicción.
Yo
mismo, como Ministro de Defensa, ya había impulsado una reforma de la Justicia
Penal Militar en el Congreso pero –infortunadamente– la dejamos caer en el
último de los ocho debates.
La
iniciativa que hoy está en trámite –y que ya fue aprobada en tercer debate–
tiene el objetivo de darles garantías judiciales a nuestras Fuerzas Armadas en
el cumplimiento de su deber.
Y
eso no significará impunidad, sino todo lo contrario: mayor credibilidad de la
Justicia Penal Militar.
Nuestro
compromiso es con nuestros valientes uniformados, y el mensaje –claro e
inequívoco– es que NO los dejaremos solos.
Nuestros
soldados y policías han sido artífices de la Prosperidad, de las grandes
reformas sociales que hemos emprendido.
Casi
un millón de hectáreas formalizadas
Ellos
también han sido benefactores del campo y serán garantes de la aplicación de la
Ley de Víctimas y de Restitución de Tierras.
Las
más de 14 mil solicitudes de restitución que hasta la fecha hemos recibido, que
cubren más o menos un millón de hectáreas, vienen de parte de colombianos que
antes no se atrevían ni siquiera a reclamar. Y creo que ese es un gran paso
hacia la reconciliación del país.
Nosotros
tenemos que reconciliarnos. No podemos seguir viviendo de herida en herida. Eso
no tiene lógica, no es posible.
Los
primeros fallos de esas reclamaciones deberán proferirse, me dice el Ministro
de Agricultura –porque el sistema ya está en marcha–, en los próximos meses.
¿Quién
va a proferir esos fallos? Unos jueces agrarios, en cumplimiento además de una
obligación que todos tenemos. ¿Cómo no va a ser justo devolverles a las
personas que realmente fueron despojadas a la fuerza, por la violencia, sus
tierras? Es lo más justo, es lo mínimo que podemos hacer como sociedad, como
una democracia que se pueda calificar de democracia decente.
Y
esto, sumado a las más de 900 mil, casi un millón de hectáreas, que durante
este Gobierno hemos formalizado, eso está generando un cambio hacia una mayor
equidad en nuestro campo, que ha sido fuente de conflicto durante tantos años.
Y
digo que casi un millón de hectáreas que hemos formalizado y no estamos
diciendo que hemos restituido ese millón de hectáreas –aunque el doctor Juan
Camilo (Restrepo) me acaba de dar una cifra, predio por predio, que suman cerca
de 18 mil, casi 19 mil hectáreas que hemos restituido por la vía
administrativa– simplemente para que no utilicen las cifras en forma torcida para
producir algunos dividendos políticos. Pero les estamos dando títulos a los
campesinos.
Y
estos esfuerzos jamás podrán considerarse como 'tiempo perdido'.
Todo
lo contrario. ¡Es un tiempo ganado para que sea Colombia un país más justo, es
un tiempo ganado para la reconciliación del país!
En
todo caso –y quero que esto quede también absoluta y totalmente claro–, los
agricultores honestos y los empresarios de bien pueden estar tranquillos,
porque nada de esto ha sido ni será excusa para afectar a los dueños y
poseedores de tierras que han actuado de buena fe.
Alianzas
productivas en palma
Es
más, para mí ha sido muy gratificante encontrar a unos empresarios comprometidos
con el campo y con sus habitantes.
Hace
unas semanas estuvimos en Sabana de Torres –aquí, en Santander–, en donde fui
testigo de un fabuloso proyecto de inclusión social, liderado por el sector
privado.
En
Sabana de Torres, Indupalma les entregó los títulos de propiedad de más de
2.200 hectáreas a 150 campesinos que cultivan palma africana.
Eso
no fue un regalo, sino algo mucho mejor: fue un negocio gana-gana para todos
los involucrados.
Lo
que hizo Indupalma fue reunir a los campesinos para que trabajaran unidos; y
luego hablaron con los bancos para que prestaran la plata –con la garantía de
la tierra y el compromiso de Indupalma de comprar la producción–.
No
me extraña que Santander sea pionero en este tipo de proyectos, porque esta es
una de las regiones que más se beneficia del cultivo de la palma.
En
el país hay 116 alianzas y asociaciones, y 32 de ellas son de Santander.
Del
total de área sembrada con palma, el 16 por ciento está en Santander –y en
relación con la producción nacional de aceite, este departamento tiene el mismo
porcentaje–.
Ahora
bien, quiero hacer énfasis en la importancia de mirar el sector como una cadena
integrada y competitiva.
El
potencial de convertirse en un sector de clase mundial es de toda la cadena
–cultivadores, extractores y agroindustriales–.
Queremos
que cada eslabón sea sostenible y –en ese sentido– es muy importante que los
palmicultores sean proveedores competitivos de la cadena agroindustrial.
Por
esta razón, creemos que es importante revisar los instrumentos de política
comercial del sector, como por ejemplo el Fondo de Estabilización de Precios de
la palma.
Hemos
decidido que se discuta este tema –bajo el marco del Programa de Transformación
Productiva–, de manera que se tengan en cuenta a todos los integrantes de la
cadena.
No
queremos que por ayudar a unos, perjudiquemos a otros.
Al
contrario, queremos una cadena integrada y competitiva donde todos los
eslabones compartan los beneficios.
La
idea es que, tanto los cultivadores de la palma como los industriales del
sector, lleguen a una 'visión compartida' sobre asuntos como el Fondo de
Estabilización de Precios.
Y,
a partir las conclusiones que ustedes saquen, el Gobierno nacional tomará una
decisión al respecto.
Eso
vamos a tratarlo sin fundamentalismos y aplicando un concepto –el de la Tercera
Vía– que siempre me ha parecido ideal: 'El mercado hasta donde sea posible y el
Estado hasta donde sea necesario'.
Tenemos,
sin duda, una industria sólida que aprovecha muy bien las inmensas
oportunidades comerciales.
Retos
y oportunidades en biocombustibles
En
el mercado interno, por ejemplo, el 41 por ciento de la producción de aceite de
palma se destinó, el año pasado, a la mezcla de biodiesel.
Esa
es la mejor demostración de cómo Colombia apoya el círculo virtuoso de los
biocombustibles, donde no solo se generan ingresos en zonas rurales, sino que
–al mismo tiempo– avanzamos hacia una era de fuentes de energía alternativas.
Hoy
el promedio nacional de la mezcla de biodiesel es del 8 por ciento, ustedes lo
saben mejor que yo.
Estamos
estudiando y tenemos intenciones de ver cómo podemos elevar ese porcentaje a
niveles bastante más altos.
Eso
lo haremos siempre y cuando tengamos una política de precios que ofrezca los
incentivos adecuados, sin imponer una carga excesivamente alta sobre los
transportadores que utilizan diesel.
Además
–claro– tenemos que asegurarnos de que estas mezclas sean viables desde un
punto de vista ambiental y técnico –para el parque automotor–.
Pero
el hecho es que estamos trabajando en el tema. Creo que es un tema donde la
concertación es importantísima, tenemos que dar las señales correctas.
Ayer
estaba yo en Barranquilla, allá estaba con el doctor (Carlos) Murgas, sobre
otro tema completamente diferente, estábamos hablando sobre toda la producción
de gas y las fuentes alternativas. Y discutimos lo importante que es, desde
muchos años antes, dar las señales correctas a la industria, para que sepan
para dónde va y tener una regulación que sea justa, adecuada y que se vaya,
además, adaptando a las nuevas circunstancias sin generar cambios en las reglas
fundamentales de juego. Eso es lo que los inversionistas y todos los
empresarios más quieren.
En
todo caso, por donde se vea, ésta es una industria que va en ascenso. Y yo creo
que más ahora que estamos estrenando Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos,
en donde yo considero que hay un enorme, enorme, mercado por explotar.
Ustedes
mismos han entendido este acuerdo comercial como un asunto de RETOS y de
OPORTUNIDADES, y eso demuestra su visión y su capacidad de adaptación a las
nuevas realidades.
En
materia de oportunidades, nuestros productos de palma de aceite –y sus
derivados– ahora tienen acceso permanente y preferencial a Estados Unidos.
Además,
allí se está reduciendo la oferta de aceite de soya –la principal competencia
del aceite de palma–, al tiempo que Asia ha desacelerado su producción de
aceite de palma, lo que nos deja a nosotros un mercado más amplio.
Tan
solo las características propias del aceite de palma ya nos dan una ventaja
sobre otros aceites.
Y
no solo hablo en términos productivos, sino también en beneficios para la salud
y para el medio ambiente –como es el caso de los detergentes biodegradables que
ya producimos–.
Precisamente,
otra de las oportunidades consiste en que ustedes son una industria
comprometida con la producción sostenible –en términos ambientales y sociales–.
Y
esa es una exigencia que cada día cobra mayor relevancia tanto en Estados
Unidos como en los mercados europeos.
Esa
es una oportunidad que se convierte en un reto, porque los productores deben
certificarse en producción de 'aceite de palma SOSTENIBLE', con estándares
internacionales, y sé que ustedes –en Fedepalma– ya trabajan en ese sentido.
Ahí
tenemos un elemento diferenciador y le llevamos una gran ventaja a la
competencia, porque somos –nada más y nada menos– el primer productor
latinoamericano de aceite de palma.
Biodiesel
y TLC
En
el tema específico de las exportaciones de biodiesel, dentro del marco del TLC
con Estados Unidos, estamos trabajando para que éste tenga todo el acceso.
Con
ese propósito, el Ministerio de Minas y Energía envió una petición a la Agencia
de Protección Ambiental de dicho país, solicitando que se tengan en cuenta los
resultados del estudio de ciclo de vida de los biocombustibles, contratado con
recursos del BID, en el cual se estableció la alta sostenibilidad ambiental y
social de nuestro biodiesel.
Y
déjenme decirles algo de lo que deben ser conscientes.
El
sector de la palma de aceite y sus derivados es uno de los que más ha
aprovechado los recursos del Ministerio de Agricultura que –reitero– no sólo se
dedica a la restitución de tierras sino, en gran medida, a apoyarlos a ustedes.
A
través del Programa Desarrollo Rural con Equidad, en lo corrido de nuestro
gobierno se han apalancado créditos para el sector palmicultor por más de 140
mil millones de pesos –lo que equivale al 7 por ciento del total de créditos–.
Eso
ha significado que el Ministerio les ha entregado apoyos por más de 67 mil
millones de pesos, que es el 11 por ciento del total de los apoyos entregados
–ya sea por el Incentivo a la Capitalización Rural o por el subsidio a la tasa
de interés en los créditos–.
Y,
además de todo esto, Finagro aumentó en un 63 por ciento el monto de los
créditos para la palma –de 172 mil millones de pesos, en 2010, a 280 mil
millones de pesos el año pasado–.
A
lo anterior súmenle los instrumentos financieros especiales que pusimos en
marcha por cuenta de la ola invernal, como los alivios para el redescuento de
créditos, la reducción en tasas de interés y el abono al capital de las deudas
–por casi 15 mil millones de pesos para los palmicultores–.
El
gran total de la cartera acumulada al mes de abril –tan solo para la
renovación, siembra y sostenimiento de palma– asciende a más de 740 mil
millones de pesos, lo que demuestra la magnitud de lo que se está financiando
tan solo en este sector.
El
problema del cogollo
Y
de otra parte entendemos y entiendo perfectamente –y eso lo venimos oyendo
desde hace rato– su preocupación con esa enfermedad, la pudrición del cogollo.
Sé
que en Tumaco ha sido devastadora y que aquí en Santander está haciendo
estragos.
Ahí
lo que podemos decir es que en lo que podamos ayudar estamos listos. Sabemos
que esa es una de esas circunstancias donde hay que hacer lo que es posible y
eso se suma a todos los incentivos que yo acabo de mencionar, porque ahí
también vamos a hacer un esfuerzo grande.
Desde
esta semana, tengo entendido, está funcionando la línea de 'línea de
reconversión productiva', que con recursos de Finagro, va a estimular y apoyar
la siembra y la renovación de cultivos, sobre todo los afectados por esta
pudrición de cogollo–.
Antes,
el Ministerio de Agricultura les venía reconociendo un incentivo a los pequeños
productores –un estímulo de éxito– de unos 3 millones de pesos por cada
hectárea cultivada o renovada.
Ahora,
en este mismo momento, los pequeños palmicultores que renueven sus cultivos o
que simplemente siembren unos nuevos –con variedades resistentes a las
enfermedades– recibirán un incentivo de hasta 5 millones de pesos por cada
hectárea.
Esta
medida no solo va beneficiar a los afectados por la pudrición de cogollo, sino
a cualquiera de los pequeños palmicultores que siembre cultivos con las nuevas
variedades de palma.
Estamos
cumpliendo con el campo
Ahí,
estamos cumpliendo.
Y
estamos cumpliendo con el campo colombiano en general.
Sabemos
y entendemos que falta muchísimo, sabemos que tienen muchos problemas, pero
creo que tampoco se puede desconocer el avance que representa haber pasado por
ejemplo –y esa es una realidad, las cifras están ahí, no es un invento–,
teníamos un crecimiento negativo del sector agropecuario en el año 2008, el año
2009, ahora tenemos un crecimiento positivo en los últimos dos años.
El
año 2011 alcanzó el crecimiento a ser del 2.2 por ciento. Sé que está por
debajo del promedio nacional, pero por lo menos comenzamos a crecer. Y eso que
el sector cafetero, que tanto pesa, pues ha sido muy golpeado. Ha sido muy
golpeado por el invierno, ha sido muy golpeado por la roya y entonces se
decidió también hacer un gran esfuerzo de renovación, el más grande que se ha
hecho, yo creo que en la historia de la Federación de Cafeteros y yo he
trabajado en esa Federación hace muchísimos años y eso pues ha afectado la
producción agropecuaria.
Y
a pesar de eso, el sector creció; creció 2.2 por ciento. Y ni qué decir de las
exportaciones, las exportaciones agropecuarias, que el año pasado crecieron más
del 31 por ciento con respecto al año 2010.
Ahí
están los resultados de una política agropecuaria que sí, ha sido un poco
ambiciosa, que tiene otros elementos en la agenda, pero que creo que ha sido
coherente y tenemos que seguir aplicando y mejorando todos los instrumentos,
porque estoy de acuerdo, no podemos concentrarnos en una actividad y descuidar,
ahí si como dicen la 'gallina de los huevos de oro', que es la producción, que
es el desarrollo. En eso estamos totalmente consientes y de acuerdo.
La
revaluación
Ahora
bien, su preocupación por otro fenómeno que también los afecta a ustedes,
afecta a los cafeteros, afecta al sector agropecuario en general. Es la
revaluación. Ahí déjenme decirles que hacemos todo o que está a nuestro alcance
y hasta donde podemos actuar.
El
año pasado dispusimos en el sector agropecuario de casi 50 mil millones de
pesos a manera de coberturas cambiarias para el sector agroexportador –y este
año está contemplada otra partida que llega a los 35 mil millones de pesos–.
A
nivel macro, realizamos un Plan Financiero consistente para este año, en el que
no estamos haciendo ninguna monetización, y el Banco de la República viene
haciendo compras diarias, todos los días 20 millones de dólares para aumentar
el nivel de las reservas y contrarrestar esa tendencia revaluacionista que
afortunadamente en las últimas semanas ha venido en cierta forma corrigiéndose.
Y
no olviden que reabrimos el mercado que sé que es incierto pero ahí están, que
el mercado con Venezuela –donde nos habían impuesto una salvaguardia para la
palma– y suscribimos un acuerdo, en los primeros meses del año, con el que
logramos que nuestro aceite de palma tuviera libre acceso, es decir, con cero
arancel, al país vecino.
Competitividad
e infraestructura
En
materia de competitividad, yo creo que ya los esfuerzos que se están haciendo
han venido fortaleciendo Corpoica. Y ahora por primera Corpoica y Cenipalma
están trabajando en una agenda única de investigación, de innovación, de
desarrollo.
Y
los estimulo para que de pronto en algunos de los departamentos que tienen una
producción importante de palma, accedan a los recursos de las regalías para la
investigación. Ahí hay una oportunidad de conseguir recursos adicionales.
Y
también entendemos, y entendemos muchísimo, la preocupación por el rezago en
algo tan importante como es la infraestructura y su inevitable impacto en la
competitividad.
Pero
ahí también creo que estamos avanzando y muy bien. Además de invertir unos
recursos muy importantes en dragado de puertos en Buenaventura, en Cartagena,
en Ciénaga, les estamos apostando a los corredores fluviales. Creo que ya
ustedes tuvieron una conversación muy larga con el nuevo Ministro de Transporte
(Miguel Peñaloza).
El
río Magdalena. Ese sueño de Bolívar, convertir el río en una gran arteria. Ahí
ya se están adelantando cuatro contratos para mejorar la navegación del río a
lo largo de los 800 kilómetros. Ya Cormagdalena tiene los diseños fase 3 para
encauzar el tramo entre Barrancabermeja, aquí en Santander, y Puerto Salgar.
Esta
obra, que yo he considerado como una de las obras banderas que quisiera dejarle
al país, pues es muy importante por muchas razones, pero sobre todo porque va a
aumentar la capacidad de navegabilidad y aumentar enormemente la competitividad,
porque por cada convoy que tiene –más o menos un convoy puede tener 7 mil o 7
mil 200 toneladas–, eso equivale a la carga de 230 tractomulas.
En
nuestro reciente viaje a China firmamos un memorando de entendimiento con
Hydrochina, tal vez la empresa más grande del mundo que se especializa en la
navegación y recuperación de los ríos; que también genera energía.
Y
ya ahí se sentaron las bases de una asociación público-privada. Ellos ya vienen
adelantando un estudio muy importante para poder recuperar el río en su
totalidad. Y yo creo que ese sería un gran paso –que ya está en marcha– para
aumentar la competitividad del país; no solamente de los palmicultores sino del
país en general.
El
río Meta, es otra de las posibilidades de usar los ríos en nuestro transporte
multimodal Ahí ya se contrató la actualización de los estudios para ver cómo se
mejora la navegabilidad. Se han invertido cerca de 7 mil millones de pesos, se
han hecho algunos dragados de mantenimiento y algunas obras de encauzamiento en
muchos puntos críticos, cerca de 80. Pero ahí también tenemos grandes
aspiraciones y grandes ambiciones.
Con
Brasil y con Venezuela hemos considerado que la navegabilidad del río Meta,
para desembocar en el Orinoco, eso es una oportunidad para los tres países.
Estamos
empeñados en hacer un proyecto los tres países y yo creo que eso, más la
carretera que estamos diseñando en la altillanura, pues va a ser un paso
importantísimo que va a beneficiar a muchos de los que hoy están pensando con
visión de futuro en esa zona del país.
En
materia vial hemos hecho también un gran esfuerzo y creo que tenemos ya avances
concretos.
El
mismo día que entró en vigencia el TLC, el mismo día, presentamos al país un
paquete de licitaciones que ya se adjudicaron –no eran ni siquiera licitaciones
que se iban a adjudicar, adjudicadas–, a los llamados Corredores de la
Prosperidad. O también se conocen como 'las vías del TLC. Son 16 corredores,
son corredores estratégicos, que incluyen la pavimentación de cerca de 720 kilómetros,
34 puentes, 4 túneles y 36 kilómetros de vías nuevas.
Ahí
quedaron contempladas obras de importancia para este departamento. La
pavimentación de la vía Cimitarra-Landázuri, la vía Palmera-Presidente, por un
valor casi de un poco más de 200 mil millones de pesos.
Eso,
sumado a la ampliación de contratos que ya existían, pero que se habían dejado
a medio hacer o habían estado desfinanciados, nos da un total de 3.6 billones
de pesos de inversiones, solamente en las vías del TLC.
Seguimos
avanzando en la firma de convenios con autoridades locales para mejorar las
vías terciarias. Vamos a invertir 400 mil millones de pesos, que ya se están
afinando los contratos para desembolsarlos. Y estamos dando los pasos en la
dirección correcta y también tenemos unas grandes ambiciones en materia de
concesiones.
Creo
que el Ministro les debió más o menos hacer un panorama sobre cuál es el país
que queremos dejar en materia de vías y en materia de transporte multimodal. Es
un país muy diferente al país que teníamos o que inclusive, tenemos hoy, muy
diferente; un país conectado por todos lados.
Y
en este camino, ustedes pues son una gran motivación para seguir trabajando,
porque creo que lo que ustedes han hecho, de convertirse en un sector tan importante
en relativamente tan corto tiempo, es el mejor ejemplo de que cuando uno
quiere, puede.
Ustedes
quisieron, le apostaron y han podido. Yo creo que el país puede hacer lo mismo,
puede seguir el ejemplo de ustedes.
Yo
me siento, todos nos sentimos orgullosos de ver sectores como el de ustedes,
que aportan tanto a la economía, que aportan tanto al empleo. Yo me crie
profesionalmente en otro sector, que también sigue cumpliendo un papel muy
importante, que tenía una visión de su conjunto, en el sector cafetero.
Pero
el sector cafetero lleva tres generaciones; ustedes llevan muy poco tiempo. Ya
se están convirtiendo en un sector realmente importante. Y en ese sentido no
nos queda nada diferente a admirarlos y a apoyarlos, apoyarlos como Gobierno.
Y
cuando uno tiene oportunidades como esa de desarrollo, hay que aprovecharlas. Y
ustedes además, están haciendo algo muy importante, que están desarrollando
sectores del país que son sectores que tradicionalmente han sido muy atrasados,
donde vive gente o personas consideradas vulnerables, zonas que han sido de
conflicto y eso es un motivo adicional de admiración y un motivo adicional para
apoyarlos, porque eso es parte del proceso de reconciliar este país.
Y
además felicitarlos, porque sé de su permanente interés en la parte ambiental,
quien no tenga eso en la mente hoy en día no va a tener futuro, eso se va a
acelerar de una forma muy rápida, la concientización ambiental. Muy pronto
vamos a ver en todos los productos que exportamos restricciones de tipo ambiental.
Por eso es tan importante tener ese parámetro incrustado en todas las
decisiones que se tomen.
De
manera que, señores palmicultores, los problemas que ustedes tienen –que sé que
tienen y tienen bastantes–, pues los podremos ir solucionando, concertando las
soluciones. Cuenten con nuestro apoyo en la medida de nuestras posibilidades.
Hay
otros sectores, el sector agropecuario que también tiene problemas, los
presupuestos son limitados pero lo que nos sobra es buena disposición y buena
voluntad. Buena voluntad para que la palma siga construyendo esa prosperidad
que estamos viendo en tantos sectores del país, en tantas zonas del país que
antes eran unos desiertos, totalmente atrasadas; hoy son centros de creación de
prosperidad.
De
manera que los felicito por esos 50 años. Tengan la seguridad que en este
Gobierno trabajaremos duro para que nuestros hijos dentro de 50 años puedan
estar aquí, ojalá en Bucaramanga, celebrando 100 años y viendo una industria y
toda la cadena muy próspera para bien de ustedes y para bien de Colombia.
¡Muchas
gracias!
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